COMPRESAS DE JENGIBRE
El jengibre es una planta aromática que ha sido la protagonista de numerosos estudios científicos gracias a sus efectos saludables y curativos.
Tradicionalmente, el jengibre ha sido y es una de las plantas más populares en la medicina tradicional china ya que se considera un antiinflamatorio natural, beneficioso para reducir el dolor de diversas dolencias.
Como sabéis el jengibre se puede consumir en infusiones y como condimento en las comidas pero hoy le vamos a dar un uso externo: las compresas de jengibre.
¿Para qué sirven?
Las compresas de jengibre ayudan a estimular la energía y la sangre en una zona, por eso será un buen remedio para dolores crónicos que estén relacionados con la disminución de energía o estancamientos de energía y circulación, por ejemplo: artrosis, lumbalgias, dolores musculares, esguinces, cólicos renales, celulitis, flujo menstrual estancado o insuficiente.
¿Cómo funciona?
Las contracturas musculares y el dolor en las articulaciones, de acuerdo con la medicina china, se consideran estancamiento, bloqueos de energía, acumulación de humedad, yin excesivo.
Es necesario entonces aplicar la energía dispersiva del yang que los disuelva y movilice.
El calor en sí es capaz de desbloquear y dar movimiento: el jengibre potencia el efecto y posee la propiedad de irradiar calor profundo a la parte tratada, estimulando la reoxigenación de los tejidos.
Su efecto rubefaciente atrae la sangre a la superficie, calentando la parte tratada y desinflamando la parte más profunda.
¿Cómo se hacen?
Rayar 100 gramos de jengibre fresco, ponerlo en una gasa y atarlo con una cordel. Hervir la mitad de una olla de agua (aprox. 2 l), reducir el fuego al mínimo y echar el saquito de jengibre en el agua. El agua no debe hervir, tan solo debe activarse durante uno o dos minutos.
Doblar una toalla de algodón de forma longitudinal y mojar la parte central de la toalla en el agua de jengibre, aguantando ambos lados. Escurrir el exceso de agua dentro de la olla y tapar.
Desdoblar la toalla. Debería estar ardiendo. Volver a doblar al tamaño deseado (dependiendo de la zona a tratar) y aplicarla directamente sobre la piel. Se debe aplicar todo lo caliente que se pueda soportar. Si no se tiene experiencia es mejor acercar la toalla a la cara. Si se puede tolerar el calor, entonces la compresa se puede aplicar. Para mantener el calor es mejor aplicar 2 toallas secas encima de la compresa para mantenerlo caliente el máximo tiempo posible.
Cuando ya no se sienta el calor de la compresa, aplicar de nuevo (una nueva compresa cada 3-4 minutos).
Así hasta que la zona donde se aplica cambie de color hacia un color rosado. Cada persona necesitará un número de aplicaciones diferente ya que cada uno tenemos un grado de sensibilidad y resistencia al calor distinto.
La efectividad del agua con jengibre dura unas 2 ó 3 horas. Si se necesita tratamiento durante varios días siempre se preparará de nuevo.
El agua con jengibre utilizada se puede usar para baños de pies o estimular la piel de todo el cuerpo (recalentar el agua y frotarse con un paño de algodón).
A tener en cuenta algunas contraindicaciones (situaciones yang):
– Nunca aplicar la compresa de jengibre en la zona del cerebro.
– Nunca aplicar la compresa a un bebé o personas muy mayores.
– Nunca aplicar la compresa en la parte baja abdominal de una mujer embarazada.
– No aplicar en un tumor cancerígeno sin consultar previamente a un médico o un profesional.
¿Las has usado alguna vez?, cuéntanos tus resultados.
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