Homeopatia  – Medicina Homeopática

La Homeopatía es un método terapéutico desarrollado por el Dr. Samuel Hahnemann, médico alemán de principios del s XIX, que utiliza medicamentos homeopáticos para restablecer la salud del paciente. Dicho método está basado en lo que se conoce como ‘ley de los similares’ (similia similibus curantur), que establece que una sustancia capaz de producir una determinada sintomatología (al experimentarla en individuos sanos) es también capaz de curarla en los enfermos, administrándola en dosis mínimas.
Para que el remedio homeopático consiga su máxima eficacia se diluye con agua, alcohol o lactosa, de acuerdo con un procedimiento estandarizado que desarrolló Hahnemann.
La Homeopatía actúa estimulando las defensas naturales del cuerpo y las hace mas eficaces para vencer la enfermedad.
La homeopatía es una medicina que reúne el conocimiento científico, la escucha y la observación minuciosa del paciente en su especificidad u trata de forma individualizada a cada paciente.

  • Utilitza medicamentos homeopáticoss.
  • Actua estimulando las defensas naturales.
  • Trata de forma individualitzada.
La primera pincelada de las bases terapéuticas de la homeopatía nos llega precisamente del padre universal de la medicina actual: Hipócrates decía lo siguiente: “el vómito es detenido por un antivomitivo, pero también se puede parar eliminando lo que ha provocado el vómito y que queda en el cuerpo”. De esta manera, tenemos dos caminos opuestos mediante los cuales se puede restablecer la salud. Tratar de acuerdo con los conceptos “contarium” y “similium”.
El principio “contarium” trata las enfermedades empleando remedios contarios a los síntomas (analgésicos, antivomitivos, antidepresivos,..), que es la base de la medicina convencional de hoy en día, a grandes rasgos. El tratamiento de acuerdo con el principio “similium” es el principio básico de la homeopatía (“similia similibus curantur”, los parecidos se curan con los parecidos).
El término “homeopatía” fue acuñado por Hahnemann y se publicó por primera vez en 1807.
Hahnemann concibió la homeopatía mientras traducía al alemán un tratado de medicina escrito por el médico y químico escocés William Cullen. Escéptico de la teoría de Cullen respecto al uso de la quina para curar la malaria, Hahnemann ingirió su corteza solo para investigar qué sucedería. Experimentó fiebre, escalofríos y dolor articular: síntomas similares a aquellos de la malaria. Relacionó estas reacciones con la medicina hipocrática y se planteó la idea de que una sustancia que provoca unos determinados síntomas en una persona sana, como a él le provocó la corteza de la quina, podría curar una combinación de síntomas similares en personas enfermas.
Para verificar su hipótesis investigó con varias sustancias (aconitum, belladona,..); quería ver qué síntomas producían esas sutancias en dosis altas y en personas sanas para, posteriormente, emplearlas como medicamentos en las enfermedades que cursaban trastornos similares a los que había encontrado en la experimentación con las personas sanas.
Pero a Hahnemann le surgió un problema: cuando empleaba estas sustancias en los enfermos con síntomas similares a los que provocaba el remedio, la misma sustancia podía agravar el estado del enfermo antes de producirse una mejora. Al tratar de reducir la intensidad de las reacciones, redujo progresivamente las dosis que administraba a los enfermos. Reducía las dosis haciendo lo que se conoce hoy como diluciones. Se dio cuenta entonces de que las dosis más pequeñas, partes infinitesimales, mantenían la actividad curativa sin provocar efectos indeseables.
De esta manera, demostró la posibilidad de estimular las reacciones defensivas del organismo ante una enfermedad, mediante dosis infinitesimales de sustancias medicamentosas prescritas en función del principio de la similitud.
La conclusión a la cual llegó es que si una sustancia es capaz de provocar una determinada enfermedad, la misma sustancia en dosis muy pequeñas es capaz de estimular los mecanismos del organismo para curarse.
Ya al final de su vida, Hahnemann gozada de una gran popularidad en toda Europa, sobre todo en Francia, Asia y América y tenía publicados muchos libros que han sido y son, todavía hoy, una referencia en el estudio de la homeopatía hasta nuestros días.
La homeopatía logró su mayor popularidad en el siglo XIX. Fue introducida a los Estados Unidos en 1825 por Hans Birch Gram, un estudiante de Hahnemann. La primera escuela homeopatía en dicho país se inauguró en 1835 y se estableció la primera asociación médica nacional de EE. UU., la American Institute of Homeopathy, en 1844. A través del siglo XIX, docenas de instituciones homeopáticas nacieron en Europa y los Estados Unidos. En 1900, existían 22 escuelas homeopáticas y 15 000 practicantes solo en los Estados Unidos. Debido a que la práctica médica de la época se basaba en inefectivos y a menudo peligrosos tratamientos, los pacientes de los homeópatas a menudo tenían mejores resultados que aquellos de los médicos en ese tiempo.
Una razón de su auge fue su aparente éxito en tratar enfermos por epidemias infecciosas. Durante las epidemias del siglo XIX, como el cólera, las tasas de letalidad a menudo eran inferiores en los hospital homeopáticos que en los hospitales convencionales, donde el tratamiento vigente era a menudo dañino y poseía poco o ningún efecto para combatir las enfermedades.
En los Estados Unidos, la Food, Drug, and Cosmetic Act (Ley de alimentos, medicamentos y cosméticos) de 1938 reconoció los remedios homeopáticos como medicamentos.
Las sustancias que se usan en homeopatía son de origen vegetal, animal o mineral.
La microdosis se obtienen mediante dos procesos fundamentales: la dilución y la dinamización. Mediante la dilución se obtiene lo que se denomina tintura madre que es la sustancia en estado puro. De esta tintura madre, se coge una parte y se mezcla con noventa y nueve partes de una solución hidroalcohólica. Se dinamiza, es decir, se agita enérgicamente y se obtiene la primera dilución centesimal. De ahí que en el nombre del producto homeopático que compramos aparezca un número y las letras “ch”: la “c” corresponde al número de diluciones centesimales y la “h” hace referencia al método Hahnemann.
La homeopatía es eficaz para prevenir y tratar tanto enfermedades agudas (gripe, resfriados, bronquitis, tos, problemas digestivos, inflamación, contusiones etc.) como crónicas (alergia, dermatitis, asma, migraña, afecciones reumáticas, depresión, ansiedad, dolor etc.), en infecciones de repetición (garganta, oídos, ginecológicas, urinarias….), e incluso en cuidados paliativos en pacientes oncológicos o enfermedades terminales (control de síntomas como dolor o estreñimiento y alivio de efectos secundarios como las nauseas de la quimioterapia…).
En homeopatía, y especialmente en enfermedades crónicas, el objetivo es ir más allá del alivio de los síntomas que van apareciendo, se busca ayudar al paciente a restablecer globalmente su equilibrio natural. Para ello, el médico homeópata en la consulta tendrá en cuenta, además de los síntomas o problemas de salud que presenta el paciente, su constitución física y su forma de reaccionar y sensaciones frente a la enfermedad, además de factores de mejoría o de empeoramiento. Por eso se dice que el tratamiento, en homeopatía, es individualizado.

Los medicamentos homeopáticos tienen la ventaja de que, en general, no presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes relacionados con la toma del medicamento, por lo que se recomiendan habitualmente para todo tipo de pacientes.

Los medicamentos homeopáticos tienen la ventaja de que, en general, no presentan contraindicaciones, interacciones medicamentosas ni efectos adversos relevantes relacionados con la toma del medicamento, por lo que se recomiendan habitualmente para todo tipo de pacientes.
Les presentacions dels productes homeopàtics són diverses: glòbuls, que són tubs petits amb centenars de petites boletes que es prenen d’una vegada, i els grànuls que són més grans i se solen prendre cada dia; també gotes, supositoris, injectables, ..

La gran ventaja de los medicamentos homeopáticos es que, en principio, pueden tomarlos todo el mundo. También mujeres embarazadas, niños, personas polimedicadas o alérgicos a determinados tipos de medicamentos tales como antiinflamatorios, ácido acetilsalicílico o paracetamol. En cualquier caso y como ocurre con cualquier medicamento es recomendable consultar con el médico o farmacéutico antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento.

Según el caso, la homeopatía se utiliza sola, en exclusiva, o junto a otros tratamientos, sobre todo en enfermedades crónicas. En este caso, la utilización de los tratamientos homeopáticos asociados a los convencionales, permite en muchos casos, bajo supervisión del especialista, reducir la medicación convencional y/o sus efectos secundarios.
La homeopatía es un método de tratamiento seguro, siempre y cuando se haga bajo la supervisión de un médico homeopático con experiencia.

En general, los medicamentos homeopáticos se toman al menos un cuarto de hora antes o después de las comidas. La dosificación de los gránulos de tubos es usualmente 5 gránulos, 3-5 veces al día. La dosis de los glóbulos es de una toma única (envases unidosis).
Al ser un medicamento homeopático la dosis es independientemente de la edad y el peso de la persona.
Normalmente se toman disueltas en la boca, lejos de las comidas.
El café (incluso descafeinado), la menta (especialmente en los dentífricos), el alcanfor, mentol y el eucalipto, pueden anular la medicina y debieran ser evitados.

Los gránulos y los glóbulos contienen sacarosa (azúcar común) y lactosa (azúcar) de la leche:
 5 gránulos (la toma común) contienen 0,21 g de sacarosa.
Un envase unidosis de glóbulos contiene 0,85 g de sacarosa.
Por esto, un profesional sanitario debe evaluar estos casos y qué forma farmacéutica es la más adecuada.

Medicina NaturalMedicina Ortomolecular
Nutrición – Terapia Neural – Ozonoterapia – Homeopatía

| Centro de Medicina Integral Dr. Jordi Forés | ANDORRA | Barcelona | Manresa |

Blog de Medicina Natural | Centro de Medicina Integral | info@drjordifores.com