En nuestro último artículo hablamos sobre qué es y cómo se trata la candidiasis, pero ¿qué tipo de dieta tenemos que hacer?, hoy os proponemos el tipo de dieta para la candidiasis más adecuada.
ALIMENTOS A EVITAR:
*Lácteos y sus derivados: la lactosa favorece la proliferación de la cándida, sobre todo el queso y el yogur.
*Leche de soja: provoca la formación de mucosidades en el tracto digestivo, creando así un medio apropiado para la cándida.
* Cereales refinados: pan, harinas, pastas y arroz blanco.
*Horneados que contengan levadura: Pan, galletas, pasteles, bollería y en general todo lo que contenga harina y levadura (que suele ser química y expande los intestinos, provocando gases y molestias y favoreciendo la multiplicación de la cándida).
*Azúcar blanco y moreno, miel, chocolate, algarroba, fructosa, sirope de arce o de ágave, malta, dextrosa, sucrosa, sacarina y lactosa: el azúcar es el alimento preferido de la cándida.
*Malta y derivados de la malta: se encuentran en productos como cereales para desayuno, bebidas de cereales y otros sustitutos del café.
*Productos fermentados: bebidas alcohólicas, vinagre, salsa de soja, pickles, miso, tempeh y yogures de todo tipo. La cándida prolifera con los fermentos porque es una levadura.
*Fruta fresca o seca y zumos de fruta: por su dulzura.
*Aderezos y salsas comerciales con aditivos y conservantes, alimentos congelados, precocinados o en conserva, comida rápida, café, alcohol, tabaco: Acumulan toxinas, sobrecargando el hígado y el sistema linfático, encargados de eliminarlas.
En el proceso de curación de la candidiasis, al ir eliminándose, se generan muchos productos tóxicos de desecho, que dan mucho trabajo al hígado, de ahí que mejor no darle aún más comiendo estas sustancias.
*Patatas, calabaza y boniato: por ser verduras muy dulces.
ALIMENTOS A INCLUIR EN LA DIETA:
PESCADO: sobre todo el azul que contiene aceite esencial omega 3, necesario y beneficioso para la mucosa intestinal y el sistema inmunitario (no olvidemos que estamos combatiendo una infección).
CEREALES INTEGRALES: Arroz integral, mijo, quinoa, trigo sarraceno, maíz (polenta) y amaranto.
LEGUMBRES: Lentejas, garbanzos, soja negra, judías azuki, alubias blancas o rojas, guisantes secos…
PROTEÍNAS VEGETALES: Tofu y seitán de espelta.
VERDURAS VERDES Y DE HOJA a diario: mejoran el funcionamiento del hígado, órgano clave en el tratamiento de la cándida. Las de sabor ligeramente amargo, como lechugas y endibias, rúcula, alcachofas o diente de león, son especialmente recomendables.
En general: Lechugas de todo tipo, col verde, apio, perejil, parte verde de puerro y cebolleta, berros, canónigos, brécol, judías verdes, coles de Bruselas, hojas de los nabos y rabanitos en sopas y caldos…
VERDURAS REDONDAS: Se pueden tomar col, coliflor, cebolla, colinabo, brécol.
ALGAS: sobre todo Wakame, Kombu, Hiziki y espagueti de mar. Son una fuente excelente de todos los minerales y oligoelementos que necesita el cuerpo y además son depurativas, limpiando la sangre de ácidos y tóxicos y regenerando la flora bacteriana intestinal.
ACEITES: Pequeñas cantidades de aceite de oliva y sésamo de cultivo biológico y de primera presión en frío.
SEMILLAS Y FRUTOS SECOS: Semillas de sésamo y calabaza, pipas de girasol, frutos secos como almendras, avellanas, piñones o nueces, así como el tahín (mantequilla de sésamo), pueden tomarse en pequeñas cantidades para acompañar desayunos, ensaladas, postres… siempre con moderación.
AGUA: En la primera fase del tratamiento es importante beber suficiente para ayudar a eliminar toxinas.
BEBIDAS: infusiones, té verde y caldos vegetales.
MERIENDAS Y TENTEMPIÉS: Dado lo limitado de la dieta se puede echar mano de las tortitas de arroz o crakers de centeno y amaranto, acompañadas de lechuga y algún paté natural o aguacate o queso de tofu o, incluso, atún o sardinas en lata.
Recuerda además…
Que el ejercicio suave y regular moviliza las toxinas y ayudar a eliminarlas.
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