El hígado es la glándula más grande del cuerpo y uno de los órganos que cumple más funciones:
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La digestión, suministrando la bilis al duodeno para deshacer los alimentos ricos en grasas.
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El metabolismo, ayudando a metabolizar los carbohidratos, lípidos, proteínas… en materiales útiles como el glucógeno para suministrar energía al cuerpo.
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La desintoxicación, eliminando substancias tóxicas como el alcohol, antes de que puedan alcanzar al resto del cuerpo.
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El almacenamiento de vitaminas, minerales y fuentes de energía, para liberar cuando sea necesario.
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La producción de varios componentes proteínicos como la albúmina.
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Protegiendo al cuerpo mediante la eliminación de bacterias, hongos o células desgastadas.
Cualquier interferencia en estas funciones provocará un efecto fuerte en el deterioro de la salud hepática y del cuerpo entero.
Un funcionamiento deficiente del hígado puede suponer:
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Cansancio, calambres musculares, menstruaciones cortas o ausencia de ellas (amenorrea). Si el hígado está intoxicado o alterado hay temblores, contracturas, tics, dolores articulares y musculares, etc.
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Visión y ojos: Un hígado débil provoca desnutrición ocular, lo cual ocasiona ojos secos, visión borrosa, miopía, hipermetropía, etc.
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Uñas débiles y quebradizas.
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Imaginación y memoria inconsciente: El hígado es el gran estratega, se relaciona con la iniciativa, ambición y deseo. Si su energía es débil aparece la falta de imaginación, poca coordinación de ideas, poca iniciativa y estados de ansiedad.
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El enojo, ira, violencia, pesimismo: Frustración, desesperación, etc., están relacionadas con un hígado perezoso o débil en su funcionamiento.
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Malas digestiones, hinchazón abdominal, nauseas especialmente después de comidas grasas, aumento de volumen alrededor del abdomen y estreñimiento. Mal aliento matinal y/o lengua manchada, son signos que muestran que definitivamente su hígado necesita ayuda.
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Dolores de cabeza.
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Tensión alta y/o retención de líquidos.
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Hipoglucemia o nivel de azúcar en la sangre inestable.
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Incapacidad para tolerar comidas grasas, enfermedades y piedras en la vesícula biliar.
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Fatiga y síndrome de fatiga crónica.
¿Cómo mejorar el funcionamiento del hígado?
– Escucha a tu cuerpo: No comas si no tienes hambre y no pases hambre si tienes apetito. Comer sin hambre supone un trabajo en exceso para el hígado.
– Bebe de 8 a 12 vasos diarios de agua mineral ya que ayuda a limpiar el hígado y los riñones y a perder peso.
– Evita consumir grandes cantidades de azúcar, especialmente azúcar refinado, ya que el hígado lo convertirá en grasa y colesterol. Evita todos los edulcorantes artificiales ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga.
– Presta atención a la buena higiene intestinal ya que el hígado debe filtrar y destruir cualquier bacteria y virus presentes en la comida. Para reducir este riesgo come alimentos que sean frescos.
– No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
– Obtén las proteínas de diferentes fuentes, incluidas las legumbres. Las proteínas vegetales son tan completas como las proteínas de origen animal.
– Consume alimentos como la zanahoria y la remolacha que son antioxidantes con un efecto depurativo para el hígado. La Lecitina ayuda al hígado a metabolizar las grasas y reduce el nivel de colesterol. La alfalfa y las hojas de cebada dan al hígado una inyección de clorofila que actúa tanto como tónico y limpiador del hígado.
– Evita las grasas saturadas: incrementará el riesgo de arteriosclerosis, enfermedades coronarias y presión alta. El tipo de grasa que ingerimos diariamente tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso.
– Cuida tu vida emocional, utiliza herramientas para el manejo del estrés y la ansiedad.
Por último algunas plantas para ayudar a depurar y tonificar el hígado:
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Diente de león.
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Cardo mariano: Capaz de reducir la degeneración del hígado por grasas tóxicas y también ayuda a reparar y regenerar células del hígado que han sido dañadas.
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Alcachofa: También se ha utilizado como purificadora de la sangre.
Y recuerda…
Ninguna medicina sustituirá un modo de vida sano, una dieta saludable y un entendimiento emocional.
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